Biografia de Michel François Platini, mejor conocío como Michel Platini, nació un 21 de junio de 1955 en Jœuf, un pueblito de Francia que ni de vaina te lo imaginabas como cuna de uno de los mejores futbolistas de Europa. La vaina es que este carajo desde chamo ya mostraba que tenía madera pa’ cosas grandes, y vaya que lo logró. No es cualquier cosa ser recordado como uno de los más grandes exponentes del fútbol mundial, un crack que la rompió tanto en la cancha como fuera de ella.
El Inicio de una Leyenda
El Michel creció en una familia de inmigrantes italianos, donde la pelota era casi religión. Su viejo, Aldo Platini, jugaba fútbol amateur y de ahí fue que Michel heredó esa pasión por el balompié. Desde chamito ya se notaba que tenía talento, jugaba en las canchitas de su barrio con una elegancia que pocos podían igualar. A los 11 años se metió en la escuela de fútbol del AS Jœuf, y ahí fue donde empezó a forjarse el crack que llegaría a deslumbrar en toda Europa.
En su adolescencia, Michel se unió al AS Nancy, donde empezó su carrera profesional en serio. La cosa no fue fácil al principio, porque aunque tenía un talento natural pa’ patear la pelota, el cuerpo le fallaba a veces. Sufría de varias lesiones que lo mantuvieron fuera de las canchas en sus primeros años, pero eso no lo iba a detener. El Michel era terco y sabía que lo suyo era el fútbol, así que le echó pichón pa’ sobreponerse a esos golpes. Fue así como se ganó su lugar en el equipo y empezó a destacar como un volante ofensivo, un verdadero genio del medio campo.
Brillando en Nancy y Saint-Étienne
El talento de Michel no tardó en llamar la atención, y en 1972 debutó con el equipo de Nancy en la primera división del fútbol francés. No era el más rápido, pero tenía una visión de juego que te dejaba loco, y unos pases que parecían de otro planeta. A punta de esfuerzo y goles, se convirtió en la estrella del equipo. En la temporada 1977-78, Platini ayudó a Nancy a ganar la Copa de Francia, un logro importante para el club y una confirmación de que este carajo iba a ser grande. Fue en ese momento cuando se hizo evidente que estaba listo pa’ cosas mayores.
En 1979, Michel se fue pa’ Saint-Étienne, uno de los equipos más populares de Francia. Aunque no estuvo mucho tiempo allí, porque la Juventus ya le tenía el ojo puesto, fue clave en la conquista del campeonato de liga en 1981. En Saint-Étienne, Platini terminó de consolidarse como un futbolista de clase mundial. Su capacidad pa’ manejar el balón y definir en los momentos clave lo convertían en un jugador temido por los defensas y admirado por los aficionados.
El Salto a la Juventus: El Rey de Turín
En 1982, Michel Platini dio el salto al fútbol italiano y se unió a la Juventus, uno de los clubes más importantes de Europa. Aquí fue donde verdaderamente alcanzó su apogeo como jugador. En la Juve, el tipo la rompió. Hablamos de tres Balones de Oro consecutivos, en 1983, 1984 y 1985, un récord que muy pocos han podido igualar. La Juventus dominaba en Italia y en Europa, y Platini era la pieza clave de ese equipo.
Michel tenía un estilo de juego que combinaba elegancia, inteligencia y una capacidad goleadora brutal. No solo era el cerebro del equipo, sino también el goleador. En tres temporadas consecutivas fue el máximo anotador de la Serie A, algo que muy pocos mediocampistas pueden decir que lograron. Con Platini en el campo, la Juventus ganó títulos importantes, como la Serie A, la Copa de Italia y, lo más importante, la Copa de Europa en 1985.
Esa final de la Copa de Europa, que se jugó en el estadio de Heysel en Bruselas, fue un momento agridulce en la carrera de Michel. Ganaron el título, pero la tragedia que ocurrió antes del partido, donde murieron 39 personas por un colapso en las gradas, dejó una sombra oscura sobre ese logro. Aunque la Juventus ganó, el Michel siempre dijo que esa victoria le dejó un sabor amargo, porque el fútbol se manchó de dolor y muerte.
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Asi Jugaba Michel Platini
El Capitán de Francia: Decepción y Gloria
A nivel internacional, Michel Platini también dejó su huella. Fue el líder de la selección francesa en los años 80, siendo el capitán y el jugador más importante del equipo. Francia, bajo su mando, vivió una de sus épocas doradas. Aunque no lograron ganar un Mundial, Platini llevó a Francia a la gloria en la Eurocopa de 1984, que se celebró en su propio país.
En esa Euro, Platini se salió del mapa. Marcó 9 goles en 5 partidos, una hazaña increíble para un mediocampista. Francia ganó el torneo, y Platini fue el héroe nacional. Ese año fue nombrado el mejor jugador de Europa, y su leyenda no hacía más que crecer. Sin embargo, el Mundial de 1986 en México sería su última gran oportunidad de consagrarse a nivel mundial. Francia llegó hasta las semifinales, pero fueron eliminados por Alemania, y aunque Platini jugó bien, no fue suficiente para llevar a su selección al título que tanto ansiaba.
El Retiro: De las Canchas a los Despachos
Después del Mundial de 1986, Michel Platini decidió colgar los botines. Había logrado casi todo lo que un futbolista puede soñar, y sintió que era el momento de dar paso a las nuevas generaciones. Pero su vínculo con el fútbol no terminó ahí. De hecho, su segunda carrera, la de dirigente, fue igual de influyente que su paso por las canchas.
En 1988, solo dos años después de retirarse, Platini fue nombrado seleccionador de Francia. Aunque no tuvo mucho éxito como entrenador, el tipo era respetado por todos. Su visión del fútbol y su inteligencia lo llevaron a ocupar cargos importantes en la UEFA, donde eventualmente se convertiría en presidente en 2007. Bajo su liderazgo, se implementaron reformas importantes, como la ampliación de la Eurocopa de 16 a 24 equipos, lo que permitió que más países tuvieran la oportunidad de competir en el máximo torneo de selecciones europeas.
Sin embargo, su carrera en los despachos no estuvo exenta de polémica. En 2015, Platini fue suspendido por el Comité de Ética de la FIFA debido a un escándalo relacionado con pagos indebidos. Aunque siempre defendió su inocencia, la sanción marcó el final de su carrera como dirigente. Fue un final amargo para una figura que había sido tan influyente en el mundo del fútbol.
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El Legado de un Genio
A pesar de las controversias, el legado de Michel Platini como futbolista sigue siendo intocable. Fue un genio del fútbol, un tipo que cambió el juego con su visión, su técnica y su capacidad para definir en los momentos más importantes. Los que lo vieron jugar dicen que tenía una elegancia que pocos han tenido en la historia del deporte. No solo era un gran goleador, sino también un creador de juego extraordinario, un mediocampista capaz de decidir partidos con un solo pase o un gol magistral.
Platini no solo fue un jugador talentoso, sino también un líder en el campo. Su capacidad para motivar a sus compañeros y su presencia en los momentos clave lo convirtieron en un verdadero capitán tanto en la selección francesa como en la Juventus. Los títulos que ganó y los récords que rompió hablan por sí solos, pero más allá de eso, Platini dejó una marca en el fútbol que todavía resuena hoy en día.
Aunque su carrera como dirigente terminó de forma controvertida, no se puede negar que Platini ha sido una de las figuras más importantes del fútbol mundial. Su influencia va más allá de los goles y los títulos; es un símbolo de la historia del fútbol europeo, un tipo que, para muchos, personifica lo mejor de este deporte.
Michel Platini, el crack que se levantó de las canchitas de Jœuf para conquistar Europa, siempre será recordado como uno de los grandes. Su historia es la de un genio, un futbolista que, a pesar de los altibajos de su vida fuera del campo, dejó un legado imborrable en el mundo del balompié.